Llámanos
627.731.645La experiencia nos avala como expertos en Fisioterapia y para nosotros su satisfacción es fundamental, combinamos las técnicas manuales y tecnológicas para que obtenga los mejores resultados.
El dolor lumbar, también llamado lumbalgia es el dolor en la zona baja de la columna vertebral, la zona lumbar. Esta región soporta todo el peso de nuestro tronco, por lo cual sufre un alto grado de compresión durante todo el tiempo que estamos en vertical, ya sea sentado o de pie. Es una de las principales causas de baja laboral en nuestro país, de hecho, el 80% de las personas sufrirán al menos un episodio de este tipo de dolor a lo largo de su vida, lo cual les predispondrá a sufrir nuevos episodios si no se toman medidas para evitarlo.
El sedentarismo y la mala higiene postural son las principales causas que a medio y largo plazo alimentan las posibilidades de sufrir este tipo de dolencia, la cual afecta a hombres y mujeres por igual. Secundariamente, el embarazo, un mal gesto en frío o un tropezón pueden ser desencadenantes del dolor.
El dolor no es para siempre, no tiene por qué acompañarle durante el resto de su vida, lo único que hay que hacer es introducir algunos cambios en su día a día y tener un tratamiento actualizado como el que a diario proponemos a nuestros pacientes.
Acudir a un buen profesional, además de hacer que tus lesiones desaparezcan de manera más rápida, te ayuda a evitar que aparezcan.
Como ya hemos comentado, el estilo de vida sedentario es uno de los principales factores que aumentan de forma considerable la posibilidad de sufrir este tipo de dolor. Trabajos que requieren permanecer muchas horas sentado/a, casi siempre delante de un ordenador, falta de tiempo y motivación para realizar ejercicio físico, combinado con una mala higiene postural, ya sea en el puesto de trabajo, en nuestras actividades cotidianas o incluso en la practica deportiva, nos van a acercar a la posibilidad de que en algún momento suframos un episodio que nos mantenga inactivos durante unos días, en el mejor de los casos.
El problema empieza a gestarse tiempo antes de que aparezca el dolor. El uso que le damos a nuestro cuerpo puede ir cambiando en función de múltiples factores, estos cambios pueden ser adaptaciones positivas o negativas, y son estas últimas las que van a plantar la semilla de nuestro futuro dolor lumbar. Estos cambios van a producir la debilidad de la musculatura estabilizadora de la zona, y por consiguiente el aumento de actividad de otros músculos para compensar este déficit inicial. Esta situación de manera mantenida va a acabar con un episodio de lumbalgia. Por otro lado, la rigidez que se produce desemboca en una falta de movilidad articular produciendo una disminución del rango libre e indoloro, lo cual termina por limitar las posibilidades físicas de la persona.
Como ya hemos comentado, el estilo de vida sedentario es uno de los principales factores que aumentan de forma considerable la posibilidad de sufrir este tipo de dolor. Trabajos que requieren permanecer muchas horas sentado/a, casi siempre delante de un ordenador, falta de tiempo y motivación para realizar ejercicio físico, combinado con una mala higiene postural, ya sea en el puesto de trabajo, en nuestras actividades cotidianas o incluso en la practica deportiva, nos van a acercar a la posibilidad de que en algún momento suframos un episodio que nos mantenga inactivos durante unos días, en el mejor de los casos.
El problema empieza a gestarse tiempo antes de que aparezca el dolor. El uso que le damos a nuestro cuerpo puede ir cambiando en función de múltiples factores, estos cambios pueden ser adaptaciones positivas o negativas, y son estas últimas las que van a plantar la semilla de nuestro futuro dolor lumbar. Estos cambios van a producir la debilidad de la musculatura estabilizadora de la zona, y por consiguiente el aumento de actividad de otros músculos para compensar este déficit inicial. Esta situación de manera mantenida va a acabar con un episodio de lumbalgia. Por otro lado, la rigidez que se produce desemboca en una falta de movilidad articular produciendo una disminución del rango libre e indoloro, lo cual termina por limitar las posibilidades físicas de la persona.
Como ya hemos comentado, el estilo de vida sedentario es uno de los principales factores que aumentan de forma considerable la posibilidad de sufrir este tipo de dolor. Trabajos que requieren permanecer muchas horas sentado/a, casi siempre delante de un ordenador, falta de tiempo y motivación para realizar ejercicio físico, combinado con una mala higiene postural, ya sea en el puesto de trabajo, en nuestras actividades cotidianas o incluso en la practica deportiva, nos van a acercar a la posibilidad de que en algún momento suframos un episodio que nos mantenga inactivos durante unos días, en el mejor de los casos.
El problema empieza a gestarse tiempo antes de que aparezca el dolor. El uso que le damos a nuestro cuerpo puede ir cambiando en función de múltiples factores, estos cambios pueden ser adaptaciones positivas o negativas, y son estas últimas las que van a plantar la semilla de nuestro futuro dolor lumbar. Estos cambios van a producir la debilidad de la musculatura estabilizadora de la zona, y por consiguiente el aumento de actividad de otros músculos para compensar este déficit inicial. Esta situación de manera mantenida va a acabar con un episodio de lumbalgia. Por otro lado, la rigidez que se produce desemboca en una falta de movilidad articular produciendo una disminución del rango libre e indoloro, lo cual termina por limitar las posibilidades físicas de la persona.