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El hombro congelado, también conocido como “hombro rígido” o “capsulitis retráctil”, es una alteración que cursa con dolor y limitación del movimiento en la articulación del hombro.
El dolor suele hacer aparición de forma progresiva, en muchas ocasiones tiempo después de haberse iniciado el problema de movilidad, el cual suele ser compensado de forma automática en las primeras fases, pasando desapercibido para la persona.
Tiene una prevalencia de 5% en la población. Tiene una incidencia mayor en mujeres, en mayor medida en mujeres entre 40 y 60 años. Estadísticamente es más común en el hombro no dominante y su resolución puede durar alrededor de un año.
Podemos diferencias dos tipos:
En esta patología la cápsula articular que rodea a la articulación glenohumeral se engrosa y se endurece. Esto comenzara a limitar la movilidad, y a su vez, facilitara la aparición de bandas rígidas, conocidas como adherencias, en este tejido y los tejidos colindantes, como tendones y ligamentos.
Paralelamente se produce una disminución de la cantidad de líquido sinovial, el cual es fundamental para el correcto movimiento de la articulación, actuando como un lubricante.
El hombro congelado se puede dividir en 3 fases:
El tratamiento se adaptará a la fase en la que se encuentre su hombro o dependiendo del estado del mismo. Principalmente podemos encontrar las siguientes fases:
Fase inicial:
Fase intermedia:
Fase de resolución:
